En representación de sus padres y acompañados de sus profesores, medio millar de alumnos riojanos de centros privados de Logroño han acudido esta mañana a la Consejería de Educación del Gobierno de La Rioja con el objetivo de registrar una carta de sus progenitores donde se solicita al ejecutivo riojano información relativa a las plazas disponibles de su especialidad en un centro público.
Esta acción responde al anuncio del Gobierno de La Rioja, el 5 de diciembre, de eliminar la subvención denominada “cheque Bachillerato”, mediante la cual la matrícula de un alumno de Bachillerato en centro privado estaba subvencionada con 50 euros al mes. Las más de 600 familias que en La Rioja eligieron para sus hijos continuar el proceso educativo de Bachillerato en centros con un proyecto educativo concreto y unos valores de acuerdo con sus convicciones, han perdido de esta manera la ayuda económica con la que contaban durante el presente curso y en años sucesivos que ahora irá a agravar sobre la economía familiar.
Aumentar la ratio no es la solución
“Desde el Gobierno de La Rioja insisten en defender la enseñanza pública por encima de todo y nosotros nos preguntamos qué pasaría si todas estas familias decidieran trasladar a sus hijos a un centro público –ha señalado Carlos Torres, presidente de CONCAPA La Rioja–. ¿Hay plazas suficientes para acoger a todos estos alumnos? Por los datos que obran en nuestro poder, no. No las hay”.
En este sentido, cuando los medios de comunicación han preguntado al subdirector general de Gestión Educativa si la red pública puede asumir a todos los estudiantes de Bachillerato de los centros privados, Emilio Ángel Izquierdo ha explicado que es posible subiendo la ratio hasta 35 alumnos por aula. “Incluso con este aumento, según nuestros datos la ratio actual es de 26 estudiantes por aula, habría alumnos que quedarían fuera del Bachillerato público –matiza Carlos Torres–. Además, incrementar la ratio es sinónimo de reducir la calidad de la educación y aumentar la carga de trabajo de los docentes. En cualquier caso, es un tema que va más allá: se sigue cuestionando el derecho a la libertad de enseñanza y de elección. ¿Esto es mejorar la enseñanza riojana?”.
Desde CONCAPA, ESCUELAS CATÓLICAS y CECE han señalado que, a diferencia de lo que defienden desde el ejecutivo riojano, esta no es una cuestión económica, sino ideológica. “La educación en La Rioja es moneda de cambio político. El PSOE ha cedido al chantaje de Izquierda Unida que, a pesar de disponer de un apoyo minoritario en las urnas, aprovecha su posición de fuerza para desarrollar su ataque ideológico contra la escuela católica concertada”, ha continuado Carlos Torres.
Desmontando el argumento económico
El Bachillerato en La Rioja cuenta con 141 unidades, de las cuales 100 se encuentran en la enseñanza pública y 41 en centros privados. De estas unidades, seis corresponden al colegio Sagrado Corazón-Jesuitas, único centro privado en La Rioja que dispone de concierto en bachillerato. El resto, otras 35 unidades de los centros Santa María (Marianistas), Nuestra Señora del Buen Consejo (Agustinas), San José (Maristas), Alcaste-Las Fuentes, San Agustín-Agustinos (Calahorra), Santa Teresa-Teresianas (Calahorra) y Colegio Menesiano (Santo Domingo), no tienen concierto. Las familias de estos alumnos son las que recibían el “cheque Bachillerato”.
En estas 35 unidades cursan sus estudios un total de 726 alumnos. La partida de 400.000 euros del “cheque Bachillerato” era solo una pequeña ayuda a las familias que a la Consejería le reportaba un enorme beneficio. “Según los datos de que disponemos, si estos alumnos se trasladaran a centros públicos y el Gobierno de La Rioja tuviera que crear unidades nuevas con una ratio de 25 alumnos por unidad, se necesitarían crear al menos 29 unidades (dependería de las especialidades elegidas) y gastar 3,93 millones de euros al año. Si se optase por el concierto de esas 35 unidades de Bachillerato aún no concertado supondría 3,32 millones de euros al año. Un ahorro de 610.000 euros a los que habría que sumar el coste de crear esas nuevas infraestructuras, que en el caso de los colegios concertados ya están creadas. Así que, cuando el camino debería dirigirse hacia el concierto de los estudios de Bachillerato para que el derecho de elección pueda ejercerse sin ningún tipo de discriminación económica, retrocedemos, y no solo no concertamos sino que, con la excusa de ahorrar, les quitamos a las familias una ayuda económica con la que ya contaban para afrontar este curso”, ha afirmado Ana Isabel Preciado, presidenta de Escuelas Católicas de La Rioja.
“Muchas familias hacen un gran esfuerzo económico para dar a sus hijos el tipo de educación que quieren para ellos y, con esta medida, el esfuerzo será́ aún mayor. Por ello, solicitamos al Gobierno de La Rioja que se vuelva a conceder la ayuda este curso y se camine hacia un concierto total del Bachillerato a partir del curso que viene”, ha finalizado Ana Isabel Preciado.
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